La amistad es más difícil y más rara que el amor.
Por eso, hay que salvarla como sea.
Alberto Moravia (1907-1990) Escritor italiano.
- ¡Vén, acércate! Quiero que me expliques ¿por qué me observas desde hace tiempo? La foca quiere que el pingüino hable con ella.
El pingüino no responde. Siente un nudo en la garganta.
- ¿Qué te pasa? - le pregunta la foca. Acaso, ¿me tienes miedo?
- No - le dice el pingüino a la foca. Miedo de ella no tiene, pero él sí tiene miedo de sus propios sentimientos.
- Entonces, ¿por qué no te acercas a mí? - le pregunta la foca.
- Porque no puedo. Vivimos en dos mundos diferentes. Tú vives con las focas y yo con los pingüinos - le contesta molesto el pingüino. Él sabe que no está diciendo toda la verdad.
- Mmmm... tu respuesta no me convence - le responde la foca y seguidamente le vuelve a preguntar por qué él la observa siempre.
El pingüino no responde. No le gustan las preguntas de la foca. Le incomodan. Además, la foca es tan segura de sí misma. Y él se siente tan pequeño ante ella... tan insignificante. Además, la foca no sabe que él está enamorado de ella. Es un amor imposible.
- Mira - le dice la foca. Esos silencios tuyos no me gustan.
- ¿Por qué? El pingüino siente curiosidad, pero ¡qué sabe la foca de sus sentimientos, de su corazón partido!
- Si te acercas más a mí - le responde la foca- te demostraré con hechos y no solamente con palabras que tú me resultas importante. Confía en mí. No te pienso comer.
El pingüino se queda quieto. Piensa si es bueno hacer lo que le pide hacer la foca. No quiere que la foca se burle de él. Y con mucho temor y con paso inseguro se acerca a ella, a su amor imposible.
La foca, después de mirarlo largamente, abraza con cuidado al pingüino y le dice en un tierno susurro:
- Yo te entiendo más de lo que te puedes imaginar. No quiero verte sufrir, pero solamente te puedo dar mi amistad, ¿ok? En ti está aceptarla o rechazarla. No te puedo pedir ni exigir nada. Pero acá me tienes cuando tú me necesites.
El pingüino siente un gran pena. Necesita tiempo para que su corazón entienda del todo las sinceras palabras de la foca.
Marisol