viernes, 17 de abril de 2015

La búsqueda y yo

 

La búsqueda me está buscando. Aunque parezca redundante es así. Ella me está buscando, no porque yo ande perdida ni desorientada, sino porque ella quiere saber si yo estoy en armonía conmigo misma. Su pregunta es directa. Y mientras yo le pregunto ¿de qué armonía me habla?, yo no estoy segura si mi autosatisfacción se encuentra en equilibrio ... ¡Ay! Lo que sí sé es que la vida llega a ser aceptable cuando el cuerpo y espíritu no viven sólo balanceándose sobre la cuerda floja de nuestras insatisfacciones o frustraciones, sino cuando ambos experimentan un respeto natural el uno por el otro. Por tal motivo la búsqueda quiere saber cómo realmente me encuentro. La verdad que no es fácil mantener el equilibrio mientras se le da a ella una respuesta. No quiero que la búsqueda me interrogue cuando yo estoy consciente que mis respuestas pueden ser blandas. Pero, ¿qué quiere la búsqueda de mí? Acaso, ¿una respuesta dura? ¡No! La búsqueda lo que desea saber es si yo encuentro una respuesta para cada problema o si veo un problema en cada respuesta. Es decir, ella quiere saber si yo soy una persona optimista o pesimista. Al darle a ella mi respuesta al oído, la búsqueda me hace saber que si yo no estoy en paz conmigo misma no puedo guiar a otros en la búsqueda de sí mismos. Me doy cuenta que yo debo primero empezar a buscarme a mí misma para no perderme por un camino equivocado. No necesariamente el que tú me marques o el que tú creas que yo te quiera imponer a recorrer, sino, más bien la búsqueda lo que quiere saber es si nosotros dos estamos dispuestos a acercarnos el uno al otro, a pesar de nuestras diferencias, para hacer de nuestro mundo un lugar apto para poder vivir con ellas en armonía.

MARiSOL




Imagen sacada de Bing

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