viernes, 19 de diciembre de 2014

Luna de Navidad



En esta Navidad no habrá luna llena, sino sólo tendremos luna nueva, también denominada "novilunio" o "interlunio". En esta fase lunar cuando la Luna se encuentra situada exactamente entre la Tierra y el Sol, su hemisferio iluminado no puede ser visto desde nuestro planeta. Pues yo no sé si al lobo, que habita un bosque cercano a donde yo vivo, esto le resulte importante o no. Para averiguarlo, tendré que ir a buscarlo y entrevistarlo. Es así como después de encontrarlo le pregunté si le causaba tristeza que la luna no se muestre como luna llena, y también le pregunté si no le causaba tristeza no poderla ver  en la noche de Navidad.
El lobo me miró serio. Y después de meditar su respuesta me dijo:
- No entiendo su pregunta.
- Pues, porque Usted no podrá aullar como suele hacerlo cuando hay luna llena - le hice saber.
- En primer lugar - me dijo el lobo - déjeme decirle que nosotros los lobos no aullamos cuando hay luna llena. Ésto es sólo un mito y nada más. En segundo lugar, yo como lobo real, de la variedad Canis lupus, no suelo aullar ni cuando hay luna llena, ni cuando hay luna nueva y ni cuando hay luna creciente o menguante, aúllo cuando motivos tengo. Déjeme  informarle, señora periodista, que nosotros los lobos aullamos para unir a nuestra manada, cuando queremos atraer a nuestra pareja, cuando marcamos nuestro territorio, cuando ahuyentamos a los enemigos, cuando damos una señal de alarma o comunicamos nuestra posición. Pero esto no es todo. A veces, aullamos cuando nos despertamos por la mañana, como ustedes, los humanos cuando bostezan al desperezarse.
- ¡Ah, qué interesante! - le dije fascinada de esta nueva información que yo desconocía.
- Interesante le resultará también saber que nosotros los lobos cuando aullamos también tenemos razones emocionales como cuando queremos, por ejemplo, expresar inquietud, ansiedad, estrés, frustración, soledad y excitación. ¿Algo más quiere Usted saber, señora periodista? - me espetó el lobo.
- Sí, ¡por supuesto! - ¿Usted celebrará la Navidad? - le pregunté mirándole fijamente a sus ojos. 
El lobo retuvo mi mirada, pero la expresión de su mirada había cambiado de un momento a otro. ¿Por qué? El lobo, sin dar ninguna explicación, se alejó de mí en silencio.

Al llegar la noche de Navidad el lobo aulló, aunque él no pudiera ver a la luna, para hacerle saber que él estaba pensando en ella porque la extrañaba. El lobo solitario no miró hacia arriba para aullar, como suelen hacer normalmente los otros lobos, sino que miró dentro de su corazón para que la luna pudiera realmente escucharlo. Y cuando la luna lo escuchó, ella le pidió a muchas estrellas que le ayudaran a escribir en el cielo despejado: ¡Feliz Navidad, querido lobo! 

Y yo al leer este mensaje escrito en el cielo, entendí por qué el lobo se había alejado de mí triste y cabizbajo. También entendí que la luna así no se dejara ver, le quiso hacer ver al lobo que su mensaje era de amor y lealtad. A lo lejos escuché yo al lobo aullar.


MARiSOL



Imagen sacada de Bing



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