viernes, 11 de agosto de 2017

La llave del amor



Hace unos días atrás Lucía encontró una llave enterrada bajo las arenas del olvido (ese olvido que resulta ser mucho más largo que el mismo amor, quizá porque el amor es un ardiente olvido de todo). Pues bien, en el momento preciso que ella levantó esa llave, le temblaron no sólo las manos, sino que su duro corazón se ablandó como por encanto. 
En caso no sepas, esa llave no es una llave cualquiera. Es, aunque no lo creas, la llave del amor, la única que pudo abrir la cerradura del alma oxidada de Lucía.  Y es que Lucía había sido desde siempre una mujer amargada y frustrada. Era como si la vida hubiera sido sólo un desierto árido donde ella se encontraba bajo un sol implacabale que le quemó no sólo los pensamientos, sino también los buenos sentimientos que aún anidaban en ella, pero que no los quería aceptar para no dejar ver su debilidad y miedo ante la vida.

Es así que cuando Lucía tenía entre sus manos a la llave del amor, ésta le dijo con voz firme:
- Tú necesitas más de mí que yo de ti.
Al escuchar Lucía esta frase corta pero contundente, comenzó a llorar porque ella se dió cuenta que no sólo era una anciana vestida de sueños rotos que habían reventado a los pies de su vida por distintos motivos que no pienso mencionar, sino un ser que se había destacado por su dureza y soberbia ante los demás para ocultar a la niña herida que la habitaba desde siempre. 

La llave del amor si bien sabía no sólo que a Lucía le había llegado el momento de reconocer sus errores porque nunca es tarde para ser mejor ser humano, también sabía que no estaba allí para abrir el corazón de Lucía no sólo ante el mundo, sino, más que todo, ante ella misma.  ¿Y sabes por qué? porque quien no se sabe amarse a sí mismo, no puede amar los demás. Y acá hago un énfasis en el verbo "amar" y no "querer" ya que muchos confundimos estos dos verbos. Por este motivo nuestras bocas se llenan de falsos "te quiero" y "te amo". La diferencia radica en que mientras el verbo "querer" es apegarse a las personas desde nuestras necesidades (por este motivo cuando alguien no nos corresponde como deseamos, no sólo nos sentimos decepcionados, sino que sufrimos por ello), el verbo "amar" se destaca porque nos enseña a entregarnos no sólo de manera desinteresada, sino sin pedir nada a cambio. Y es que dar amor no agota el amor. Es todo lo contrario. Por este motivo la mejor manera de devolver amor es abriendo nuestros corazones.

Querido lector, te preguntarás ¿por qué yo sé todo esto? pues porque yo soy la cerradura oxidada del alma de Lucía que reclamaba en silencio, desde hacía años, la llave que pudiera abrirme para dejar de lado los pensamientos y sentimientos negativos ... aquéllos que aniquilan en vida a todo ser humano y lo terminan enterrando en las arenas del olvido.  Es así como Lucía espantada de sí misma no quería ser olvidada por todos, sino ser recordada con amor. Ella se dió cuenta que aún no era tarde para abrir la cerradura de su alma oxidada con la llave del amor.



MARiSOL






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