jueves, 22 de enero de 2015

El pájaro de la memoria

 

Conozco un pájaro que se ha impuesto la misión de convertirse en el centinela del cerebro de Lucía; él quiere manipular no sólo lo que ella debe olvidar, sino también lo que ella debe recordar. Este pájaro cuenta no sólo con poderes mágicos, sino que es un ser peligroso;  él quiere, más que todo, ver sufrir a Lucía por haberlo sacado a él de su vida de un mero plumazo.

- Pero, ¿quién es este pájaro? - te preguntarás. 
Mi respuesta no sé si te sorprenda, pero se trata del pájaro de la memoria. Este animal llega, más que todo, de noche, cuando Lucía duerme, para susurrarle al oído que ella no se olvide nunca de él y que lo siga manteniendo vivo en sus recuerdos a pesar que él le ha hecho mucho daño. Entrar en detalles no quiero, porque lo encuentro doloroso...

¿Y cómo yo sé esto? Pues, porque yo soy el cerebro de Lucía y me encuentro en lucha silenciosa contra este pájaro terco. Yo, que quiero a Lucía con toda mi alma, me he impuesto la misión de hacerle creer a este pájaro que ella no sólo lo sigue queriendo, sino que no lo quiere olvidar para que así él se aburra tanto de ella que deje de venir a visitarla en la noches. 

Pero anoche sucedió algo inesperado ... cuando el pájaro de la memoria llegó a susurrarle nuevamente a Lucía : "No me olvides nunca; recuérdame siempre", ella se sentó de golpe sobre su cama y le hizo saber con voz fría y despojada de todo sentimiento cariñoso que no lo odiaba, pero que su terquedad era lamentable porque le hacía ver lo débil que él era ante ella. Los sentimientos no se pueden manipular. Él, se mostraría más valiente, si aceptara que ella ya lo dejó de querer. Y, es más, es ella la que decide cuando lo trae a él a su mente, es decir, cuando lo recuerda (para bien o para mal) y en qué momento ella se olvida completamente de él. Es más, es hora que él empiece a aceptar que la memoria de ella, muy independiente de lo que él piense, es la que decide cuando hace uso de la facultad de acordarse de todo aquello que, muchas veces, ella quisiera olvidar. 

No me pareció una gran idea que Lucía le hablara al pájaro, pero yo como su cerebro me rendí ante la valentía de ella de encarar, de una vez por todas, al pájaro de la memoria. Es así, como este animal después de escucharla atentamente y dándose cuenta  que no había forma de reconquistarla, hizo que todos sus recuerdos y olvidos (sólo los de él) se convirtieran en plumas y salieran volando tras de él para así salvar su dignidad perdida.


MARiSOL


 


 Imagen sacada de Bing

 

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