domingo, 7 de junio de 2015

¡Dáme tu mano!



"¡Dáme tu mano!" No es una simple orden. Estas tres palabras están cargadas de una imperiosa necesidad de estrechar una mano amiga. Por suerte, manos no me faltan para estrechar, ya sea a quienes se encuentran cerca mío o a la distancia. Es aquí cuando la mano de cada una de ellas se convierte en una llamada telefónica, en una carta, en un saludo cariñoso o comentario a través de una red social. ¡Ay! Por suerte, en estos tiempos vestidos de egoísmo y hedonismo, todavía existe gente que no es así. ¿Será que aquellos que se miran a su propio ombligo son menos buenos que aquellos que no son así?  ¿O  será que todos los que nos creemos "menos egoístas y hedonistas" es porque a través del tiempo hemos mudado de piel como la culebra?

¡Ay! Ayer soñé con una piel de culebra... ¿será porque próximamente seré testigo de un profundo cambio? (el mío). Un deseo de evolución espiritual se desliza como una culebra (¿venenosa?) entre mis pies mientras fuerzas positivas me recuerdan que debo apartarme de tanto egoísmo y hedonismo. Y mientras un instinto feroz (el mío) saca su lengua viperina, me deslizo desde ya como una culebra no venenosa sobre el camino de mi vida. Miedo no existe en mi vocabulario mientras haya una mano extendida que me ayude a despeinar mis preocupaciones y tristezas o para compartir conmigo mis alegrías (y viceversa). 

Y mientras Lila medita sobre sus verdaderas amistades, ella desliza su mirada sobre su camino de vida mientras se mueve elegantemente como una culebra no venenosa que viaja en el desierto del mundo donde se encuentra. 

Por suerte, en cada viaje que emprendemos a través de nuestras largas o cortas vidas, habrá una amiga extendida de un amigo honesto. Y es que el que es honesto conmigo, contigo o con su vecino, no teme ni a la luz  ni a la oscuridad. ¿Y tú? ¿Me das tu mano desinteresadamente sin esperar a recibir algo a cambio? Suena egoísta, ¿verdad? 

En fin, el único egoísmo que yo sí acepto es aquél que procura que todos se sientan bien para estar uno mejor.


Marisol 





Ojos de culebra
de Lila Downs

Tu cuerpo va cargando cadenas,
cadenas de todos los tiempos,
ciruelo, ojo de culebra,
tu frente que en el rostro porta tus penas

Alíviame de la mala palabra,

la sombra, de tu pensamiento,
tu labio, pon tu mano en mi tiempo
liberando con tu beso, mi condena...

Se me cae, se me cae, como a la culebra

yo lo tiro, yo lo tiro, todo este rencor
Se me cae, se me caen, esas falsedades
Así yo me limpio también del dolor

Dame tu boca, tu palabra retumba,

viento de noviembre, que arrastra tu piel

Dame tu mano, que en tu brazo me muevo,

cimbrame en el suelo, donde está tu merced

Óyelo mi madre, óyelo mi madre

Óyelo mi hermana, óyelo mi hermana
Óyelo este hijo, óyelo este hijo, de mis entrañas

Óyelo mi madre, óyelo mi madre

Óyelo mi hermana, mi hermana
Óyelo este hijo, de mis entrañas

Óyelo este hijo de mis entrañas,

óyelo, óyelo, óyelo, óyelo, óyelo, óyelo

Se me cae, se me cae, como a la culebra

yo lo tiro, yo lo tiro, todo este rencor
Se me cae, se me caen, esas falsedades
Y así yo me limpio también del dolor

Dame tu boca tu palabra retumba,

viento de noviembre, que arrastra tu piel

Dame tu mano, que en tu brazo me muevo,

cimbrame en el suelo, donde está tu merced

Óyelo mi madre,

Óyelo mi hermana,
Óyelo este hijo de mis entrañas

Óyelo mi madre,

Óyelo mi hermana,
Óyelo este hijo, de mis entrañas

óyelo, óyelo, óyelo, mi madre...

En este vídeo canta Lila Downs con la Mari (de "Chambao") 

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