viernes, 25 de enero de 2013

Lluvia de recuerdos


Este es un cuento que mira no hacia atrás, hacia el pasado, sino más bien, mira hacia el futuro. Los jóvenes ya no son jóvenes y tampoco son pareja. La vida los llevó por distintos caminos. 

Si me empeño en mirar hacia atrás, veo solamente como dulces y amargos recuerdos caen como gotas de lluvia sobre el tiempo. Ese tiempo ido, que ya no volverá. Y es que ya nada es igual. Todos cambiamos a medida que vamos haciéndonos más mayores.

No recuerdo ya por qué se rompió en mil pedazos aquella relación. Ya no importa el por qué. Pienso sinceramente que nunca hubo un futuro para ellos dos. Solamente hubo sueños y una falsa ilusión. Es más, si aún los jóvenes enamorados, hubieran permanecido como pareja, la vida se hubiera encargado de separarlos definitivamente tarde o temprano. 

Tal vez, es mejor no imaginar lo que pudo ser, sino lo que podría ser si se volvieran a ver. Un reencuentro puede ser tan emotivo, digno de ser vivido cuando se cree haber amado de verdad. Acaso, ¿no es cierto que en toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad y a la esencia de la vida? No sé, lo único que sé es que las historias de amor son como la lluvia que guarda los secretos de los días pasados. Esa lluvia purificadora que nos moja el alma para limpiarla de todo sentimiento de culpa y de los errores cometidos. 

Marisol


 

Imagen sacada de internet